martes, 16 de noviembre de 2010

La pared

Mirada fija en la pared. Agua resbalando por cada circunstancia de su rostro. El cuerpo tenso y encogido en formas desdibuijadas, irreales e imposibles. El rítmico sonido de la angustia, la incertidumbre. El peso del tiempo encogiendo sus hombros. El desgaste de lo sufrido. Los recuerdos de lo vivido.
Buscando salientes en la pared blanca y lisa, una grieta, un rescollo al que agarrarse. Pequeñas manchas, algo de polvo...
Mirada perdida en la inmensidad de ladrillo, cemento y pintura. Imagenes de proyector, temblorosas, deslucidas y el taciturno y quejumbroso pasar de una a otra.
Algo de brillo, alguna sonrisa, pequeños momentos de complicidad.
Y otra vez la mirada perdida. La pared interminablemente blanca. Silencio absoluto. Nada.
Perdida en si misma, rodeada de nada.
Cansada.
Rendida.
Olvidada.
Pared blanca. Observar el tic tac. Blanco. La nada.
Se le olvida respirar.
Manos temblorosas acariciando el muro quejumbroso. Polvo blanco resbalando entre sus dedos. Yemas blancas. Sequedad.
Pequeños trozos que se desprenden. Pequeñas capas que se oxidan.
Encogida bajo un manto blanco polvoriento.
En silencio.
Perdida.
Olvidada.

viernes, 20 de agosto de 2010

La casa

Cristales empañados y deslucidos por el tiempo. Fuera está lloviendo, y dentro hace frío.
Hubo un tiempo en que parecia que las cosas empezaban a mejorar en aquella casa, pero en realidad todo seguía igual, aunque algunos pequeños detalles alegraban la estancia y parecía que era diferente.
En realidad habia las mismas carencias de siempre. Estaba claro que no se podía contar con ningún forastero porque nunca pondrían tanto empreño en arreglar la casa como los habitantes de la misma.
Era una casa pequeña y acogedora a pesar de los años y las tormentas por las que había pasado.
Había muchas cerraduras y barrotes en las ventanas para evitar que volvieran a entrar y robar sus tesoros.
Algunas veces se permitían visitas, sus propietarios eran confiados al paso del tiempo y finalmente abrian sus puertas para acoger a los vecinos bondadosos.
A veces estos vecinos rompian alguna cosa, suponemos que sin mala intención, y aunque los dueños querian verlo asi, no podian evitar sentirse molestos por ello, con lo que tardaban mucho tiempo hasta volver a celebrar alguna reunion.
Aquella casa no era como las demás. Tenia magia, vida propia, un interior diferente a todos los demás. Aunque la gente al entrar no se daba cuenta de buenas a primeras. Solo algunas personas especiales habin podido maravillarse con ella.
Ahora la casa estaba vacia. Sin muebles, sin pintura, casi sin vida. Lo habian prestado todo a una casa que tenia muchos problemas, pero no se los devolvian.
Asi que alli estaba, viendo llover en sus ventanas y sintiendo el viento ulular en sus grietas. Vacia y solitaria.
Intentando que los cimientos no se resintieran con la ventisca, y que el agua no inundara sus estancias.
La reconstrucción tras la tormenta, sera complicada.

lunes, 26 de abril de 2010

Estrella apagada


A veces el soplo del aire es tan fuerte que puede apagar una estrella.
Su brillo dejó de latir por un momento.

Era una estrella más, una de tantas y tantas que hay en el cielo, y ella creyéndose más brillante, más azul... pero solo era un minúsculo puntito rodeado de millones.

Ingenua e inocente, sorprendida de ver pasar cometas y estelas, meteoritos y satelites como si fuera la primera vez.

A veces corría junto al sol, a contarle los momentos sorprendentes que descubría en el universo, y arrepintiéndose cuando el sol la reñía... porque lo que a ella sorprendía, a él le aburría, no le gustaba.
Lleva demasiado tiempo viendo las mismas cosas... veterano del universo, ojos incandescentes, viéndolo todo desde su perspectiva amarilla...
Estrella perdida.
Una luz que se apaga al llegar el alba.

Sola, perdida en la inmensidad azul del cielo, se esconde tras un planeta, esperando que las tormentas solares no la alcancen demasiado, soñando que su luz no se apague pronto, que aun pueda vivir para aprender, para ver, para soñar, para volar... distinguiéndose del resto, porque aunque los demás no lo vean, ella sabe que no es una estrella cualquiera, su brillo es especial...

Concentrándose en brillar, cerró los ojos y empezó a soñar.

viernes, 9 de abril de 2010

Sabiéndome


Y sabiéndome parte indispensable de mi estado cuerdo, me presupuse irreal.
Pensé ser etérea y eterna.
Soñé volar y predecir.
Creí ser viento y marea, mi parte vanal e incompleta.
Mi imaginación herramienta indispensable para la superviviencia, para alimentarme de magia...
Ficticia en mis designios, verdad de siglos de tradición y obligación.
Consciente de mi caducidad y mis limitaciones, crédula en mis sueños y posibilidades.
Verborrea que me muestra la volatilidad del ser, imágenes que me muestran la realidad del hombre.
Mi mundo en una mano, los sueños en la otra, tendiéndolas a los lados en espera de agarrar otros mundos, otros sueños...
Creí poder vivir inmaculada de esta sociedad, única en mis movimientos.
Soñé creer y poder.
Pensé ser cierta y mágica.
Y sabiéndome parte indispensable de mi estado perturbado, me presupuse real.

jueves, 18 de marzo de 2010

El libro


Por fin ha llegado el día. Ha sido un proceso largo y trabajoso. Pero la espera ha merecido la pena. Tengo el placer de poder presentar Recortes Caóticos, el libro que recoge los trocitos de mis cuentos, inspiraciones, relatos e imaginaciones, de este blog, de Caótica Neutral y algunos otros que no habían visto la luz...
Estoy emocionada y a la vez un poco asustada, pero muy feliz!

Espero que os guste:

lunes, 15 de marzo de 2010

El arte de vivir


Vivir no es fácil, no es nada sencillo. Hay que estar dispuesto a hacerlo, y a hacerlo bien, eso desde luego.
Me ha costado muchas reflexiones, y muchos años de experiencia saber cual es mi objetivo, cual es mi camino, y de que manera puedo ser feliz. Pero lo sé, lo tengo todo claro.
Siempre me sorpredió no ser constante, no tener una pasión, alguna afición, algo que robara la mayor parte de mi tiempo. Buscaba e indagaba en saber cual era mi talento, y ninguna de mis ansias se veía cumplida. Fui de todo, empecé mil proyectos, me propuse incontables metas pequeñas y grandes. Y no lograba ninguna de esas cosas. Me costó entender el porqué.
Mi pasión, mi afición, mi meta, mi objetivo, mi camino y mi felicidad es la propia vida.
Soy experta en vivir. Mi felicidad reside en no perder un minuto de mi vida. Mis hobbies pasar a ser todas esas pequeñas cosas que forman la vida. Disfruto con cada aspecto de ella, cada risa, cada gesto, cada movimiento. Disfruto de las discusiones, los lloros, los abrazos. Siento cada minuto que vivo, me siento viva en cada aspecto duro y dificil, o sencillo y facil que se me presenta en el día a día.
Me gusta vivir, me gusta la vida, por difícil que sea. Es maravillosa.
Quiero llegar a anciana y echar la vista atrás sintiendo que no me he perdido nada, que he vivido plenamente, sin grandes ambiciones, sin grandes hazañas, más que la de la propia vida.
Es el arte de vivir.

miércoles, 17 de febrero de 2010

recortes Caóticos - El libro




Proximamente estará disponible online, ya tengo ganas de verlo en papel, ha sido mucho tiempo esperando para poder verlo realizado. Estoy contenta.

Recortes Caóticos

domingo, 7 de febrero de 2010

Malabarista


Era un malabarista torpe, de esos a los que siempre se le caen las mazas. Muchas veces pasaba de ser el admirado rey de los equilibrios, a ser el bufón patoso de la corte.
Tenia la sensación de que por mucho que se esforzase, siempre acabarían escapándosele las cosas de las manos.
Sentado en un rincón, lloraba al pensar que jamás conseguiría un aplauso unánime. Enfrentarse a la pista hoy, se le hacía más difícil que ayer.
El maestro de ceremonias le repetía una y otra vez, que se fijase más en como hacía las cosas, que era torpe y no podía fastidiar a sus compañeros por su falta de perfeccionismo con las mazas. Cómo vas a ser malabarista si no puedes hacer volar las cosas sin que se caigan y se rompan?
Se sentía fracasado, incapaz y sin fuerzas de intentar contentar a sus compañeros, para que no se rieran de él, para que no le riñeran más, pero por más que lo intentaba, sus torpes manos no aprendían la lección.
Las golpeó fuertemente contra la pared. Repitió el mismo gesto una y otra vez, cada vez más fuerte, con mas rabia, cerrando los puños y dejando que la sangre resbalara de sus manos. Golpeaba y golpeaba, llorando sin parar, hasta que le fallaron las fuerzas y el dolor le nubló la visión.
Se dejo caer en el suelo sollozando, sintiendo el palpitar de su pulso en las heridas de sus magulladas manos. Hizo el esfuerzo de llevarlas frente a sus ojos y observó aquel amasijo de sangre, tierra y carne en que se habían convertido. Sonrió, se levantó y caminó dirigiéndose hacia la pista.
Se situó en el centro ante la mirada atónita de sus compañeros, elevó las manos y las mostró.
Gritaron aterrorizados ante aquella imagen, gestos de horror y pavor en sus rostros. Sonrió, miró sus caras y sonrió. Por fin dejaría de ser el torpe bufón del reino.
Se echó a reir con ganas porque, por una vez, se sintió en paz.

miércoles, 3 de febrero de 2010

No puedo dormir...



Llevaba intentando dormir más de media hora...intentaba dejar la mente en blanco, alejarse de los ruidos y la claridad que la rodeaban. No pensar que en menos de una hora debería volver a ponerse en pie para seguir con el ritmo frenético que llevaba en las últimas semanas.
Cuanto más intentaba relajarse más recuerdos venían a su mente. Se sentía sola y con frío, en un lugar extraño. La manta que la cubría no podía hacerle sombra a los brazos que antaño la rodeaban para dormir. La nostalgia de su aliento en la nuca, el tic tac de su pulso meciendo su cuna, el calor de su cuerpo alimentando el suyo.
Cuando dormían juntos eran como siameses, encajaban a la perfección.
Ella apoyaba sus pies en los de él, dejaba que la rodeara fuertemente, se acomodaba en su regazo y se dejaba llevar por su respiración, por la calma de su latir.
Era imposible conciliar el sueño sin él.
Daba media vuelta e intentaba disipar esos pensamientos, intentaba no hacer caso de los ruidos de fuera, cerraba fuertemente los ojos y deseaba dormirse para que pasara el tiempo lo más rápido posible.
Y ahí estaba él de nuevo, su mirada cansada, su suavidad, su sonrisa de medio lado... le hacía gestos para que se tumbara a su lado, y ella no podía resistirse, necesitaba descansar y sólo podía hacerlo a su lado...
Sonó el despertador, lo apagó malhumorada y se puso en pie. Hay que continuar con el ritmo...deja de soñar...

lunes, 1 de febrero de 2010

Tengo ganas de reirme


Empiezo a sonreir, disimuladamente...poco a poco mis labios van cogiendo forma, estirándose , subiéndose hasta formar una línea curva. Se entreabren para dejar ver una fila de dientes, sonrio plenamente. Empiezo a notar una fuerza que sube desde mi vientre, el aire que empuja fuerte en mis pulmones, y se escapa por mi boca formando el increíble sonido de la risa. Entrecerrando los ojos por el esfuerzo, sujetandome la barriga de la alegría, dejando escapar las carcajadas, riéndome sin parar...
Que ganas tengo de reirme, esa sensación de felicidad con la que te quedas, el cansancio, la tos a veces, el dolor de mejillas, la plenitud de vivir.
Me encanta reir, reir hasta llorar, hasta quedarte sin aire. Reir, sonreir, vivir y ser feliz
Me encanta reirme contigo...nadie me hace reir como tu.

viernes, 15 de enero de 2010

Desesperado...


Abrí los ojos de nuevo, no me podía creer donde estaba, la oscuridad, el olor desagradable, el polvo flotando en un haz de luz intrépida entre los tablones, el sentimiento de mi sueño, de querer escapar...no era un sueño. Estaba allí. Encerrada. Sola. Austada.
Palpé a mi alrededor buscando una salida, una señal, algo que me mostrase una manera de huir de aquel lugar.
Me rasgué la piel de las manos, la sangre brotaba de los rasguños y no podía parar de buscar desesperada una brecha por la que salir. Golpeaba las paredes con toda la fuerza que brotaba de mi indignación, del miedo, de las ganas de escapar... Gritaba, gritaba todo lo fuerte que me permitian mis pulmones, notaba mis cuerdas al borde de la extenuación, las lágrimas brotaban de la impotencia, la rabia...
No sé por cuanto tiempo permanecí en aquel estado. Tumbada en aquel odiado lugar soñaba con un lugar apartado, al aire libre, sola por voluntad...
Volví a incorporarme lentamente, notando el cansancio de mi cuerpo y mi alma, me arrastré hasta una de las paredes y palpé de nuevo la rugosidad de la madera. Di un pequeño golpe, seguido de uno un poco más fuerte. Esbocé una palabra de auxilio en un susurro, la enlacé con un grito ahogado...golpeé más fuerte, grité más alto...lloré, me desesperé de nuevo, perdí el control y todo se volvió borroso, tránsfuga de la realidad, desesperado...

jueves, 7 de enero de 2010

Una última vez...


Se quedó mirando a través del cristal. Estuvo un largo rato con la vista fija en algún punto a lo lejos, pensando sobre ella misma, su vida, lo que le rodeaba...
Había veces que no entendía porque siempre le daba tantas oportunidades a las personas que la decepcionaban por momentos, siempre veia el lado bueno y amable, y siempre entendía que hubiera una buena razón para todo. Ella misma no siempre se comportaba todo lo bien que quisiera, y no por ello actuaba con mala intención, aunque siempre guardaba las formas, eso siempre...
Pero esta vez estaba un poco perdida, todo el mundo a su alrededor intentaba que abriera los ojos, que viera que quizá por una vez debería enfadarse, decir que ya está bien, que se merecía un poco de consideración y respeto.
Se quedó allí, con la mirada perdida, intentando encontrar ese estado que la empujara a decir todo lo que se supone debe decir, pero no lo encuentra.
Quizá sean los demás los que se equivocan, y nada es tan grave como para enfadarse con alquien al que quieres...
No, por esta vez lo dejará pasar, pero sin olvidarlo, para que no se convierta en costumbre, porque tiene mejores cosas que hacer, y cosas en las que pensar, y porque no se puede permitir el lujo de perder más tiempo...
Una sóla vez, es la última.