sábado, 9 de julio de 2011

Salir corriendo

Escapar de este lugar, de mí, de ti...
Lanzar una botella con mensaje. Pedir un deseo a una estrella fugaz, al soplar las velas, al partir un hueso de pollo...
Soñar con un héroe de cómic. Desear que vuelvas a vivir y me abraces. Desear que estés conmigo y no sentirme sola y perdida.
Saber que aquel lugar ya no es un refugio. Que el tiempo ha pasado y lo que te protegía ya no existe.
Ser consciente de lo que todo ha cambiado, y lo poco que te gusta que haya sido así.
Echarte de menos.Echarte de menos es poco. El vacío que dejaste es irreemplazable.  La parte que permaneció de ti en él también se fué. Y las señales que me mandas a través de ella, son alegrías pasajeras, porque nada hará que vuelvas a mí.
Sentir un susurro en el oído cuando te lloro, no me llega. Soy egoísta por reclamarte aquí, pero es que vivir sin ti es difícil.
Sentirte perdido en medio del mar. Ni un trozo de madera al que agarrarse. Sentirse solo rodeado de gente. Dirán que a todos nos pasa, pero creo que sólo para mí es real.
Y saber que no cambiará, porque en el fondo no dejo que cambie. Creo que la única constante es esa. Necesito algo constante, y soy yo. Así como soy. Con todos esos defectos.
Defectos que para ti no existían, porque tu amor era verdadero.
Te amo. Y te quiero. Eso también es una constante.
Desear creer en Dios como tú lo hacías. Cerrar los ojos y no pensar mientras trato de recordar las oraciones que me enseñabas. Encontrarme rezando entre mis creencias y las tuyas.
Te echo tanto de menos...