miércoles, 17 de febrero de 2010

recortes Caóticos - El libro




Proximamente estará disponible online, ya tengo ganas de verlo en papel, ha sido mucho tiempo esperando para poder verlo realizado. Estoy contenta.

Recortes Caóticos

domingo, 7 de febrero de 2010

Malabarista


Era un malabarista torpe, de esos a los que siempre se le caen las mazas. Muchas veces pasaba de ser el admirado rey de los equilibrios, a ser el bufón patoso de la corte.
Tenia la sensación de que por mucho que se esforzase, siempre acabarían escapándosele las cosas de las manos.
Sentado en un rincón, lloraba al pensar que jamás conseguiría un aplauso unánime. Enfrentarse a la pista hoy, se le hacía más difícil que ayer.
El maestro de ceremonias le repetía una y otra vez, que se fijase más en como hacía las cosas, que era torpe y no podía fastidiar a sus compañeros por su falta de perfeccionismo con las mazas. Cómo vas a ser malabarista si no puedes hacer volar las cosas sin que se caigan y se rompan?
Se sentía fracasado, incapaz y sin fuerzas de intentar contentar a sus compañeros, para que no se rieran de él, para que no le riñeran más, pero por más que lo intentaba, sus torpes manos no aprendían la lección.
Las golpeó fuertemente contra la pared. Repitió el mismo gesto una y otra vez, cada vez más fuerte, con mas rabia, cerrando los puños y dejando que la sangre resbalara de sus manos. Golpeaba y golpeaba, llorando sin parar, hasta que le fallaron las fuerzas y el dolor le nubló la visión.
Se dejo caer en el suelo sollozando, sintiendo el palpitar de su pulso en las heridas de sus magulladas manos. Hizo el esfuerzo de llevarlas frente a sus ojos y observó aquel amasijo de sangre, tierra y carne en que se habían convertido. Sonrió, se levantó y caminó dirigiéndose hacia la pista.
Se situó en el centro ante la mirada atónita de sus compañeros, elevó las manos y las mostró.
Gritaron aterrorizados ante aquella imagen, gestos de horror y pavor en sus rostros. Sonrió, miró sus caras y sonrió. Por fin dejaría de ser el torpe bufón del reino.
Se echó a reir con ganas porque, por una vez, se sintió en paz.

miércoles, 3 de febrero de 2010

No puedo dormir...



Llevaba intentando dormir más de media hora...intentaba dejar la mente en blanco, alejarse de los ruidos y la claridad que la rodeaban. No pensar que en menos de una hora debería volver a ponerse en pie para seguir con el ritmo frenético que llevaba en las últimas semanas.
Cuanto más intentaba relajarse más recuerdos venían a su mente. Se sentía sola y con frío, en un lugar extraño. La manta que la cubría no podía hacerle sombra a los brazos que antaño la rodeaban para dormir. La nostalgia de su aliento en la nuca, el tic tac de su pulso meciendo su cuna, el calor de su cuerpo alimentando el suyo.
Cuando dormían juntos eran como siameses, encajaban a la perfección.
Ella apoyaba sus pies en los de él, dejaba que la rodeara fuertemente, se acomodaba en su regazo y se dejaba llevar por su respiración, por la calma de su latir.
Era imposible conciliar el sueño sin él.
Daba media vuelta e intentaba disipar esos pensamientos, intentaba no hacer caso de los ruidos de fuera, cerraba fuertemente los ojos y deseaba dormirse para que pasara el tiempo lo más rápido posible.
Y ahí estaba él de nuevo, su mirada cansada, su suavidad, su sonrisa de medio lado... le hacía gestos para que se tumbara a su lado, y ella no podía resistirse, necesitaba descansar y sólo podía hacerlo a su lado...
Sonó el despertador, lo apagó malhumorada y se puso en pie. Hay que continuar con el ritmo...deja de soñar...

lunes, 1 de febrero de 2010

Tengo ganas de reirme


Empiezo a sonreir, disimuladamente...poco a poco mis labios van cogiendo forma, estirándose , subiéndose hasta formar una línea curva. Se entreabren para dejar ver una fila de dientes, sonrio plenamente. Empiezo a notar una fuerza que sube desde mi vientre, el aire que empuja fuerte en mis pulmones, y se escapa por mi boca formando el increíble sonido de la risa. Entrecerrando los ojos por el esfuerzo, sujetandome la barriga de la alegría, dejando escapar las carcajadas, riéndome sin parar...
Que ganas tengo de reirme, esa sensación de felicidad con la que te quedas, el cansancio, la tos a veces, el dolor de mejillas, la plenitud de vivir.
Me encanta reir, reir hasta llorar, hasta quedarte sin aire. Reir, sonreir, vivir y ser feliz
Me encanta reirme contigo...nadie me hace reir como tu.