miércoles, 30 de septiembre de 2009

Momentos olvidables


Me tiemblan las piernas, me pongo nerviosa. Las compuertas de mi mente comienzan a cerrarse...
No entres en mi frágil ser, no puedo escucharte. Me niego a sentirme de nuevo así.
Ansiedad, temblor...siento miedo. Me siento insegura.
Miro a los lados, busco un lugar donde refugiarme. Soledad. Siento un malestar que me inunda poco a poco.
Me defiendo. Miro al suelo. No me grites. No quiero mirarte, me duele ver tus ojos vacios de humanidad. Odio, solo veo odio, miro al suelo, así siento menos vértigo.
Palabras, palabras, palabras. Trazos de una idea inconclusa.
Perdida, estoy perdida. Quiero correr, alejarme de ti. No quiero escucharte, no puedo entenderte.
Me muerdo los labios, guardo silencio, ideas que se atoran en mi cabeza.
Contención, respiro pausadamente. No me grites, no entiendo porque te enfadas de esa manera.
No soy culpable.
Mis manos juegan con lo primero que encuentran. Miro al cielo, espero que empiece a llover cuanto antes.
Siento sudores frios. Me siento pequeña, minúscula e indefensa.
Miro mis pies, ahora parecen pequeños. Te miro de reojo, con miedo. No me gusta lo que veo, estas desencajado. Tu cara se muestra borrosa. No se quien eres.
Ideas y palabras que luchan por salir. No quiero hablar, solo alargará más la agonía. Todo se apaga. Esta peli ya la he visto, no quiero volver a verla.
Escucho un murmuro, silencio que precede a la tormenta eléctrica, el ulular del viento. Preparémonos para lo peor.
Me tiemblan las manos, quiero esconder mi cabeza en un agujero en el suelo. Miro al suelo, es de piedra, no podré hacerlo.
Tengo miedo. Te escucho hablar, pero no sé en que idioma lo haces. Digo algo. No sé el que. No importa demasiado, las palabras se pierden en el aire. Las veo volar.
Pienso en mí. Me veo en el pasado, me miro ahora en el reflejo de esa fuente, me imagino en el futuro. Me da miedo.
Juego con el cordón de mi blusa, creo que no me sienta demasiado bien. Creo que nada ultimamente podría sentarme bien.
No quiero escucharte, cada vez te enfadas más. Grítame si quieres, ya he cerrado mi corazón, no podrás hacerme daño.
Te enfadas conmigo, no me importa, mejor así. Gestos violentos que encienden mis alarmas. Hasta aquí. Ni una palabra más. Mejor recojo mi dignidad y me levanto.
No hablar. Voto de silencio.
Camino tremendamente erguida. La cabeza alta. Recuerdo ese libro imaginiario sobre mi cabeza.
Caminos de baldosas grises que se bifurcan. Escojo el más difícil. Sonrisa, me sonrío, me obligo a sonreir.
No pasa nada, sigue caminando, no hagas caso a tus piernas temblorosas. Mira que pijama más bonito.
No me concentro, las tiendas se vuelven cárceles de música a todo trapo, y trapos colgados con dibujos de música.
Mejor me voy, respirar aire no acondicionado.
Pienso en ti y me obligo a pensar en mi.
Piensa en mi, piensa en mi. Miro mis pies, parece que han crecido, mis pasos son un poco más seguros.
Mis ojos se empañan. No voy a llorar, no quiero llorar. No tengo porqué llorar. No llores.
Sonrisa, sonrisa, sonríe. Todo pasa. Sé fuerte.
Hola, estoy aqui de nuevo y sigo entera.