viernes, 20 de agosto de 2010

La casa

Cristales empañados y deslucidos por el tiempo. Fuera está lloviendo, y dentro hace frío.
Hubo un tiempo en que parecia que las cosas empezaban a mejorar en aquella casa, pero en realidad todo seguía igual, aunque algunos pequeños detalles alegraban la estancia y parecía que era diferente.
En realidad habia las mismas carencias de siempre. Estaba claro que no se podía contar con ningún forastero porque nunca pondrían tanto empreño en arreglar la casa como los habitantes de la misma.
Era una casa pequeña y acogedora a pesar de los años y las tormentas por las que había pasado.
Había muchas cerraduras y barrotes en las ventanas para evitar que volvieran a entrar y robar sus tesoros.
Algunas veces se permitían visitas, sus propietarios eran confiados al paso del tiempo y finalmente abrian sus puertas para acoger a los vecinos bondadosos.
A veces estos vecinos rompian alguna cosa, suponemos que sin mala intención, y aunque los dueños querian verlo asi, no podian evitar sentirse molestos por ello, con lo que tardaban mucho tiempo hasta volver a celebrar alguna reunion.
Aquella casa no era como las demás. Tenia magia, vida propia, un interior diferente a todos los demás. Aunque la gente al entrar no se daba cuenta de buenas a primeras. Solo algunas personas especiales habin podido maravillarse con ella.
Ahora la casa estaba vacia. Sin muebles, sin pintura, casi sin vida. Lo habian prestado todo a una casa que tenia muchos problemas, pero no se los devolvian.
Asi que alli estaba, viendo llover en sus ventanas y sintiendo el viento ulular en sus grietas. Vacia y solitaria.
Intentando que los cimientos no se resintieran con la ventisca, y que el agua no inundara sus estancias.
La reconstrucción tras la tormenta, sera complicada.